Los cavineños son un pueblo indígena de la Amazonía boliviana, cuya población suman alrededor de 2000 personas, que viven en comunidades asentadas en el norte del departamento del Beni, al sur de la ciudad de Riberalta. Ellos, pese a los cambios culturales a que han sido expuestos, conserva su identidad étnica.
Historia
En 1764 fue fundada la Misión Franciscana de Esmeralda integrada por miembros de la etnia cavineña, cuyo objetivo era evitar los conflictos interétnicos, principalmente con sus vecinos ese ejja. La Misión posteriormente se la denomino “Puerto Cavinas” y fue transferida su responsabilidad a los misioneros Maryknoll, quienes lograron la dotación de 72.000 hectáreas de tierras para actividades agrícolas y ganaderas.
Esas tierras eran consideradas como propias de los sacerdotes, por la cual en 1970, vendieron parte de ellas a un particular y en 1973, y los Maryknoll antes de irse, revirtieron esas tierras al Estado. Los Cavineño reclamaron por su legítimo derecho, pero el Consejo Nacional de Reforma Agraria entregó 30.000 hectáreas de las mejores tierras a la Fuerza Naval Boliviana.
En la década de los 70 ingresó a las comunidades Cavineñas, el Instituto Lingüístico de Verano (ILV), organización evangélica que estudió y compuso una gramática de la lengua con fines de evangelización y para desarrollar programas de apoyo en varios campos, entre ellos la preparación de maestros bilingües indígenas y asistencia en materia de salud.
Hábitat
El pueblo Cavineño habita una zona boscosa siempre verde típica de la Amazonía, con estaciones climáticas marcadas por la época seca y la época de lluvias, con temperaturas elevadas y altos índices de humedad. Los recursos más notables son los forestales, como la castaña, el caucho y especies maderables. Los bosques ribereños presentan inundaciones estacionales, convirtiéndose temporalmente en curichales.
Aspectos Culturales
Antiguamente la etnia cavineña estaba compuesta por clanes y linajes, pero ahora la estructura se fundamenta en la familia nuclear extensa como principio de la organización social. Tienen asentimientos relativamente estables, en razón de la existencia o no de recursos para sobrevivir.
A pesar de los cambios culturales que han sufrido, los Cavineño todavía conservan sus creencias, especialmente las relacionadas con los espíritus del monte y de las aguas. Antes de la llegada de las misiones, ellos practicaban una religión animista basada en deidades del bosque, teniendo como principales espíritus a los “ishausa” o espíritus naturales y a los “chikihua” o fantasmas comunes.
Economía
La actividad económica principal de los Cavineño es la agricultura de subsistencia y la recolección de castaña y de frutos silvestres. El modelo de uso de la tierra es a nivel de la unidad familiar extensa. La agricultura es de roza, tumba y quema, en una superficie que cubre entre 1 a 2 hectáreas de cultivo. Como actividades complementarias tienen a la caza, la pesca, la recolección y acopio de frutas y productos silvestres como el asaí, majo y el palmito.
Idioma
La población cavineña mantiene viva su lengua originaria, la que está reconocida por la Constitución Política del Estado y es hablada usualmente en sus territorios. El idioma pertenece a la familia lingüística Tacana, como muchas otras que habitan los bosques amazónicos.
Algunos términos y frases en el idioma Cavineño:
yo – yquie
tú – mitya
él o aquél – yumequie
no – aijiama
si – hé
Fuego – etiqui
Sol – iyetti
Agua – ena
¿Cómo estás? – jitdamiquie
Bien – jitda
¿Cómo te llamas? – Aiacanaimi?
¿Adónde vamos? – ¿Eje queja ecuana cuaya?
¿Qué cosita podemos comer? – ¿Ai piji tuque yatse araya?